Ahora es cuando realmente me doy cuenta de que lo que andaba buscando ha estado siempre delante de mi. Desde hace mucho tiempo estaba ahí parece mentira que haya necesitado ayuda para verlo, parece mentira que no haya sabido darme cuenta por mi misma. Ahora sí. Ahora lo sé. Desde ese día me demostraste que estarías ahí, ahí para mi, ahí para ayudarme, apoyarme. Tenía miedo, mucho. No sé porque razón, pero ya me siento mucho mejor y si no estas, me falta algo. Podría pasarme toda la noche escribiendo. Me preocupo por ti, me como la cabeza. Me mato pensando escusas para verte. Ha llegado ese momento en el que soy capaz de sentirme más segura entre tus brazos que en cualquier otro sitio, el momento en el que si tu me dices ven, yo voy, y ni me lo pienso. Ha llegado ese momento en el que confio plenamente en ti, ese momento en el que estoy aqui, para todo lo que quieras. Para hacerte olvidar los malos ratos igual que tu me los haces olvidar a mi. Me estoy volviendo adicta, adicta a un droga que ni siquiera existe, es algo subjetivo, a una droga llamada amor. Si, soy cursi, si, me da igual. Todas tenemos esas épocas de: el amor apesta. Hasta que encontramos a alguien, pasamos unos dias, meses, incluso años felices y otra vez, vuelta a la rutina. A mi alguien me prometió que se iria conmigo al fin del mundo. Y solo espero ansiosa ese día. No quiero volver a la rutina, no quiero volver a ver la vida con esos ojos. Yo quiero ser feliz, ser feliz a su lado. Prefiero no pensar en consecuencias, no las hay. Lo único que buscamos los seres humanos es la felicidad y cada uno tiene un modo diferente de encontarla. Yo creo que mi tren hacía ella ya llegó y por eso no dude en subirme.
Si de verdad quieres algo, no dejes de pronunciar su nombre, no dejes de luchar para conseguirlo, porque es mucho mejor fracasar habiendolo intentado, que no saber nunca si hubieras fracasado o no.
Yo me juego todas mis cartas a esta oportunidad.
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